INFIDELIDAD: CULPA O RESPONSABILIDAD

La culpa, es un concepto moral que puede surgir  cuando se ha producido una infidelidad. Esta culpa se puede redimir mediante el perdón del otro/ otra,  restituyendo en parte  a la víctima de la infidelidad,  el poder en la pareja. 

Sin embargo, cuando el término culpa se sustituye por el de responsabilidad, la mirada se amplia y no solo se tiene en cuenta el dolor causado, sino que nos permite conocer,  entre otras cosas,  que es lo que ha permitido o propiciado dicha infidelidad.

La causas de la infidelidad cuando no forman parte de acuerdos  previos de la pareja, son muy diversas, existen desde las personales:  hijos que pese a ser adultos siguen compitiendo con la figura paterna y la desafían acumulando conquistas, miedo al compromiso y sufrir en la apuesta, necesidad de afirmación y reconocimiento en la masculinidad o la feminidad deteriorados, deseo de explorar nuevas experiencias etc.

Otras tienen que ver con el deterioro de la relación. En estos casos, el término responsabilidad nos permite explorar las dificultades  que han llevado a la pareja a esa situación,evitando el juego relacional de víctima y perseguidor y donde ambos tienen  que asumir   lo que les pertenece.

La infidelidad en cualquier caso nos aleja del otro o de la otra y sirve a veces para  salir de una relación que ya no nos satisface y a la que no nos atrevemos a confrontar.

Entender y corresponsabilizarse de lo sucedido, no siempre será útil  para restituir el daño causado, ya que dependerá entre otras cuestiones, de  las diferentes circunstancias en que se haya producido: si ha habido engaños y mentiras sostenidas en el tiempo, si se ha producido con alguien del entorno  añadiendo una doble deslealtad.... Así como de las creencias y valores de cada uno o una de la pareja.

En cualquier caso la tarea de entender y entenderse, más allá del dolor, nos servirá de experiencia para  vivir nuevas relaciones  de pareja, más plenas y saludables.