Permitirme que hoy deje el rímel y mis ojos
no luzcan luminosos,
sino
curiosos.
Permitirme que hoy deje el maquillaje y mi piel no sea de terciopelo,
sino
que sienta plenamente la caricia de la brisa y del sol.
Permitirme que hoy deje mis tacones y mi
altura no se mida en centímetros,
sino por mi grandeza.
Permitirme que hoy me encuentre conmigo y con la vida sin más
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