jueves, 4 de julio de 2013

CONCEPTOS DE LA ETAPA DEL NIÑO AL ADULTO



La adolescencia es sobretodo un  periodo de profundos cambios, no solo físicos sino psicológicos y cognitivos. La imagen que se va formando el propio ser de si mismo empieza a sufrir cambios ajenos a su voluntad. Lo primero que el adolescente observa a veces con gran sorpresa y vergüenza son las transformaciones de su cuerpo que le empuja hacia un nuevo lugar que está por construir. Empieza a no querer mostrarlo, a buscar su intimidad  y toma conciencia a través de esos cambios que es  un ser sexuado.

Pero no solo él observa esos cambios, sino que su entorno también le devuelve una mirada diferente. Mirada que para un ser en construcción es, pese a las diferentes actitudes que adopten muy importantes al estar poco construida. De ahí la importancia de ser cuidadosos con un ser que pese a que en algunas ocasiones se nos muestre fuerte y desafiante, en realidad esconde una gran fragilidad.

La rebeldía del adolescente, entre otras causas, tiene la frustración de no saber como manejarse ante todos estos cambios. El adolescente se mueve entre sentimientos ambivalente por una parte la libertad y las nuevas experiencias que se le abren en esta etapa, pero por otra parte existe el miedo a no seguir protegido y atendido como cuando era niño.

Los vínculos se van a modificar a medida que se va construyendo su propio yo. La imagen de los miembros de la familia cambian, el adolescente lucha por crear su identidad,  para lo cual, necesita autoafirmarse e independencia de los modelos que los padres van a fijarle. Para construirse tendrá que alejarse de la figuras parentales, lo cual no siempre le resulta fácil y a veces pasa por periodos de rebeldía, rabia y  a veces el tan insostenible para los padres,  periodo de aislarse en si mismo, rompiendo la comunicación con las figuras familiares y de autoridad, pero  a veces es la única manera que él tiene para crecer.

Esta rebeldía contra las figuras de autoridad, representadas por el mundo adulto se transforma en un acercamiento hacia su grupo de iguales, los amigos/as, los grupos con afinidades o causas compartidas, le devuelven el sentimiento de pertenencia que ve peligrar en su lucha por separarse de los padres. Una educación previa, en la familia y en la escuela en valores, es fundamental en esta búsqueda de objetivos comunes y pertenencia evitando caer en grupos no “recomendables” y que a veces por su férrea unión sirven de substituto a la necesidad de amparo y aceptación que busca el adolescente.

La adolescencia por tanto se platea como una segunda etapa de individuación que plantea procesos de:

·         Exploración

·         Diferenciación del medio familiar

·         Búsqueda de pertenencia  y sentido de vida

En este proceso de cambio, de pasar de la niñez a la edad adulta, el adolescente necesita tener oportunidades, experiencias para comprobar lo que sabe de él hasta el momento, adquirir nuevas destrezas, nuevos recursos.

La libertad de aprender y de construirse conlleva a veces errores, dolor en la experiencia cuando no es grata, pero intentar “salvarlos” y “protegerlos”, es impedirles crecer y es aquí donde los padres tendrán que hacer su duelo del cual hablaremos más adelante.

Vivir es sentir, experienciar, no podemos alegrarnos si antes no sabemos que es llorar y así el mundo también  se convierte en un lugar muy interesante, lleno de retos, con multitud de posibilidades de tener experiencias nuevas para compartir.

Pero la realidad es  que los adolescentes tienen una gran sensibilidad y necesidad de trascendencia en el bien común, solo hace falta no distraerlos con lo superficial y dejarlos sentirse válidos, que ellos pueden, que lo que hagan nos importa y que tienen derecho a exigir y contribuir a un mundo mejor






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