En un debate entre terapeutas se planteó el dilema siguiente:
Si en una cena de empresa tengo un pequeño encuentro con un-a compañera-o que no tiene ninguna trascendencia, ¿Debo o no contarselo a mi pareja, cuando es algo que no ha tenido ninguna importancia para mi y voy a causarle un daño a la persona que realmente quiero y lo que es peor, poner en peligro nuestra relación?
La mayoría de las opiniones iban en el sentido de ocultarlo, lo cual me plantean una serie de consideraciones:
- En primer lugar, quien decide o no la importancia del hecho, es una de las dos personas de la pareja, negándole a la otra, la posibilidad de decidir si para la relación esa infidelidad es o no importante, según su también importante criterio.
- En segundo lugar se opta por el engaño, y cuando somos capaces de engañar,estamos situándonos en una posición de poder respecto al otro, que desequilibra la armonía entre los dos.
- En tercer lugar debo plantearme, que si algo sin importancia puede romper mi pareja, que frágil es el vínculo que estoy tejiendo.
- Y por último, debo preguntarme, si eso que me ha llevado a tener esa relación, es algo que puedo compartir con mi pareja, si me va o no a entender y que tipo de intimidad y confianza estoy creando.
No es por tanto una decisión sin trascendencia en una pareja, ya que ésta tiene que haber hablado de estos temas, de cual es su compromiso como pareja, más allá de la fidelidad o no que decidan mantenerse.
¿En qué estamos o no dispuestos a comprometernos en esta relación?
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