lunes, 19 de agosto de 2013

ANGUSTIA Y CONTROL


Tenerlo todo controlado, nos produce la ilusión de que podemos evitar imprevistos y la consecuente incertidumbre de si seremos o no capaces de resolverlos.

Este control que ejercemos sobre nuestra vida cotidiana,  nos produce una tensión y un estar alerta más propios de una época  en la que éramos depredadores y nuestra vida estaba expuesta a  constantes peligros  que a la sociedad actual.

Al igual que las adicciones, cuando más control queremos ejercer, más tensión y miedo acumulamos y por tanto más control necesitamos, para evitar la angustia de sentirnos vulnerables, entrando en un espiral  sin salida.

Una cierta planificación y organización,  puede evitarnos  inconvenientes, pero cuando el control  se convierte en una actitud ante la vida, la razón nos limita la capacidad creadora y  de adaptabilidad ante situaciones nuevas.

Vivir los imprevistos  como una oportunidad de aprender y desarrollar nuevas  habilidades,  o de poner a nuestro servicio la experiencia acumulada a lo largo de los años de nuestra vida, nos proporciona seguridad en nosotros mismos y en la vida,  que precisamente por eso, por estar viva, se mueve y se trasforma a cada instante. Y es  en sí misma imprevisible  

No hay comentarios:

Publicar un comentario